De la gasolina y, más aún, del gasóleo. Lo suben en Semana Santa y dicen que luego bajará. No lo hará. Utilizarán la táctica de los rusos: dos pasos adelante y uno atrás. Así, siempre terminar por avanzar, aunque parezca que retrocedes.
Como hay crisis y nadie tiene dinero para andar por ahí, de avión en avión, pues subimos la gasolina. Más atascos que nunca, más dinero que nunca.
Y, encima, luego nos contarán que hay que reducir las emisiones de CO2.
La semana santa tendrá su mejor procesión en la carretera, como aquel anuncio -genial por cierto- de Renfe.
No seré yo a quien le pille, desde luego. Me quedaré en casa, tratando de entender qué tiene de bonito sacar a la calle los santos o los tanques o unos monigotes a los que se pega fuego.
Para los demás será obvio. Yo sigo sin verle la gracia.
De próstatas, Cabifys y Guerrilleros
Hace 4 años
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